Edited by 10MinuteMail on 25/1/2022, 8:29:34
Pero, por volver al tema: a mí no me parece que el sistema de oposiciones actual sea tan malo. Podría ser mejorable, claro. Para mí, el componente mayor de suerte (más allá de que saquen la bola de un tema que no te has estudiado) es la gran diferencia entre distintos tribunales. Pero eso no creo que sea fácil de evitar, porque es completamente imposible que todos los opositores pasen por el mismo tribunal y, por muchas directrices que tengan, no es fácil que todos los tribunales sigan exactamente los mismos criterios porque siempre hay un componente de subjetividad. A mí lo que más me molesta del sistema actual es que lo que se "mide" no tiene que ver demasiado con lo que es la realidad docente y las capacidades del profesor para dar clase de forma adecuada. Entiendo que el primer ejercicio sea eliminatorio, ya que, siendo realistas, hay que quitarse de encima lo antes posible la gente que sólo va por ver de qué va eso, sin haberse preparado nada (que hay mucha). No diría que los prácticos sean fáciles, al menos en mi asignatura, pero tampoco me parecen completamente descabellados. Y se trata de cosas que más o menos se han dado en la carrera que se supone que tienes (es cierto que puedes tener cualquier carrera, pero si no has hecho la "adecuada", tendrás que adquirir esos conocimientos por otro lado). Lo que menos me gusta del sistema actual es precisamente el segundo ejercicio, que me parece que no refleja nada realmente útil. Me parece bien que se exija el conocimiento de lo que es una programación, e incluso de toda la palabrería asociada a esta profesión que no es más que eso, palabrería, ya que nos la vamos a encontrar frecuentemente y tenemos que saber de qué hablamos. Pero me parece que se le da excesiva importancia. Y luego, la exposición de la unidad didáctica tampoco me parece que indique nada realmente sobre lo buen o mal profesor que se va a ser (quitando que seas completamente incapaz de hablar en público de forma digna e inteligible). Como mucho, sobre tu capacidad de organización, que tampoco está mal tenerla. Como digo, esto me parece mejorable, aunque tampoco tendría una propuesta de algo que claramente sea mejor.
Lo que no tengo muy claro es eso de que tenemos que preocuparnos por lo que podemos cambiar, pero no por lo que no podemos cambiar. Estoy de acuerdo con la frase en sí, pero en este colectivo tengo a menudo la sensación de que nos quejamos mucho en charlas en la sala de profesores o en la cafetería, pero luego no hacemos nada para intentar cambiar las cosas que no nos gustan o, más bien, para intentar forzar a que las cambien quienes sí pueden cambiarlas.