En mi opinión todos, independientemente del trabajo que realicemos, necesitamos una estabilidad y no tener la amenaza del despido, por salud mental. Sin embargo, en la docencia, por el hecho de tratar con menores de edad cuyos cerebros estamos moldeando (y aún más cuanto más pequeños son), me parece que no se puede hacer cualquier cosa y a veces me he encontrado compañeros que desgraciadamente no trataban adecuadamente a los alumnos, y que la dirección no ha podido hacer nada a pesar de las quejas de los niños. Simplemente se le dice que no lo haga, lo cual a veces puede ser suficiente, pero otras no.
Y en lo que no estoy en absoluto de acuerdo es en que el talento se concentra en la pública. Eso era algo que me decía mi madre cuando era pequeña y que por experiencia propia he podido comprobar que no es cierto. He visto el mismo porcentaje de profesores buenos en la privada, en la concertada y en la pública. El que decidan estar en un tipo de centro o en otro muchas veces depende de circunstancias personales que no tienen que ver con la valía profesional.