Sin embargo, tampoco deberíamos ser tan severos con nuestros compañeros. El autor del artículo presume, en su reseña biográfica, de haber “publicado una docena de libros sobre lenguaje y comunicación” y de ser el "creador de la Fundéu". Si este señor puede expresarse públicamente de ese modo mientras lanza filípicas sobre la ortografía de los jóvenes que se presentan a la selectividad, seamos comprensivos con el pobre opositor, quien está sometido a una gran presión de tiempo y cuyos nervios pueden jugarle una mala pasada.