Soy de inglés, y para nosotros cada falta son 0,1 puntos. Al que menos, le bajamos casi dos puntos por ortografía. Al que más, siete. Ni es falso ni es una exageración, sino un reflejo de que si se baja el nivel exigido a los alumnos (en muchos sentidos), cuando estos chicos se van haciendo mayores el problema va pasando a los adultos.

Y sí, claro que evaluamos sus conocimientos. De ahí que no suspendiera todo el mundo. Pero seguimos las instrucciones (no nos inventamos nada) y restamos los puntos correspondientes por faltas de ortografía. Además, os diré una cosa que hasta a mí me podría haber sonado imposible si no fuera porque lo vi yo mismo. Los opositores tenían más faltas en la programación didáctica que se trajeron escrita de casa que en el tema que escribieron nerviosos el día del examen.

¿De verdad crees que pedir que un adulto con estudios escriba correctamente es "exigir a los candidatos condiciones que objetivamente no pueden cumplir"?

A mí escribir sin faltas de ortografía me parece un conocimiento básico. El que no sea capaz de hacerlo probablemente tenga problemas de expresión y comprensión lectora, que habrán influido en cualquiera que sea su campo. Como decía antes: a mí un médico que ponga faltas de ortografía no me inspira ninguna confianza. Otra cosa sería un albañil que ni terminó la ESO. Yo creo que la ortografía, igual que las cuatro reglas matemáticas, son algo que nadie debería no saber hacer al terminar la primaria, con lo cual hasta al albañil podrían exigírsele.

Pero también tengo que decir que el que un chico termine bachillerato poniendo faltas de ortografía indica dejadez por su parte. El que lleguen tantos es negligencia por parte de los profesores, o del sistema educativo. Hay cosas que se han perdido y que yo creo que funcionaban, como hacer dictados, leer y leer y leer en voz alta...

Tu argumento de que no debe darse tanto peso a la ortografía frente a otros conocimientos es muy peligroso. Hace unos años tuve que atender como tutor a unos padres que decían que su hijo quería ser informático, y que qué le importaban a él la historia, la música, la filosofía, la lengua, la literatura... ¡Yo yo que pensaba que nuestro trabajo era dotar a los alumnos de una cultura general que todo el mundo debería tener! Para que se especialicen ya están otros, ¿no?