De todas formas, hemos desviado el tema hacia los problemas que plantean las oposiciones tal y como están montadas hoy en día. Yo creo que no valen para demostrar quién podría ser un buen profesor y quién no, pero dentro de la gran arbitrariedad que hay en todo el proceso, penalizar por faltas de ortografía me parece de lo más objetivo que puede haber.
El tema original del debate era que las faltas de ortografía denotan una falta de cultura, y estábamos viendo el grado de incultura que a cada uno nos parece aceptable en aspirantes a profesores de secundaria.